"Las actas acusatorias contra 25 ciudadanos rusos, elaboradas el año pasado para justificar de algún modo el trabajo inútil del enorme equipo de investigación, parecen simplemente ridículas; su motivación política es tan obvia que solo pueden ser calificados de una vergüenza para la Justicia estadounidense", dice el comunicado.
El Ministerio se mostró sorprendido de que, para sacar esta conclusión, "el equipo de 19 juristas, 40 agentes del Buró Federal de Investigación [FBI], expertos criminalistas y otros empleados" haya necesitado "casi dos años de trabajo, durante los cuales se emitieron 2.800 citaciones judiciales, fueron interrogados 500 testigos y se realizaron igual número de registros".
"Para terminar refutando esa clara falsedad, se han hecho esfuerzos colosales y quizá se hayan gastado importantes fondos de los contribuyentes", señala el comunicado.
El escrito recuerda que desde hace mucho tiempo Moscú ha propuesto a Washington debatir reclamaciones mutuas relacionadas con la influencia en los procesos electorales.
El Ministerio expresó la esperanza de que Washington reconozca oficialmente que todas las insinuaciones sobre la supuesta interferencia rusa son "calumnias infundadas, inventadas para ser usadas en la lucha política interna en EEUU".
En una carta remitida al Congreso, el fiscal general de EEUU, William Barr, declaró que la investigación llevada a cabo por Mueller no encontró evidencias de una colusión o coordinación del equipo de Trump con Rusia durante la campaña electoral de 2016.
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El fiscal general también dijo que el informe de Mueller no aporta suficientes pruebas para concluir que Trump "violara la ley al obstruir la justicia".
Figuras importantes del círculo de Trump, como su exjefe de campaña Paul Manafort, su ex consejero de Seguridad Nacional Michael Flynn y su exabogado Michael Cohen fueron condenados o se declararon culpables de los cargos formulados por Mueller.
Pero la divulgación de esos casos no ha arrojado hasta ahora pruebas sobre las denuncias de colusión o interferencia por parte de Rusia.
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Trump calificó en reiteradas ocasiones la investigación de Mueller como una caza de brujas, mientras que el Gobierno de Rusia ha negado con insistencia cualquier acción de su parte para influir en el resultado de las elecciones de EEUU.
