El canciller ruso indicó que dispone de datos, procedentes de una multitud de fuentes, de que se prepara una nueva provocación en Idlib con uso de armas químicas.
"Hay que aplicar los esfuerzos para que las organizaciones internacionales sientan su responsabilidad por las posibles provocaciones y alcen la voz en contra de semejantes tentativas", dijo Lavrov.
El ministro resaltó que existe "un riesgo de provocaciones con uso de armas químicas con fin de acusar de ello al Gobierno sirio".
Asimismo el ministro ruso, destacó que el Gobierno de Siria tiene el derecho a expulsar a los terroristas de su territorio.
"Han mencionado si habrá acuerdos entre Rusia y Turquía, pero han olvidado mencionar la República Árabe Siria; en primer lugar se trata de las autoridades legítimas de Siria, que tienen pleno derecho de garantizar su soberanía, expulsar y eliminar la amenaza terrorista de su territorio", dijo Lavrov respondiendo a la pregunta sobre la solución de la situación en Idlib.
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Días antes los militares rusos destaparon los planes de los terroristas de perpetrar en la localidad de Kafer Zaita, gobernación de Idlib, un ataque químico que atribuirían a las fuerzas gubernamentales.
También estaría implicada la controvertida ONG Cascos Blancos, financiada por Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Países Bajos y Dinamarca.
El 28 de agosto, el Centro para la Reconciliación en Siria reveló que integrantes de Cascos Blancos trasladaron un cargamento de sustancias tóxicas a un almacén del grupo Ahrar al Sham en la localidad de Sarakib.
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El Ministerio de Defensa advirtió desde Moscú que la coalición encabezada por Estados Unidos utilizaría la provocación con armas químicas como pretexto para bombardear las instalaciones del Estado sirio.
El secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, declaró a su vez que Washington está en contacto permanente con Rusia para impedir un posible uso de armas químicas en Siria.
