En las intervenciones militares "se producen escenarios de desgaste y desprestigio de esas tropas e irritación de la población local; por ello, aunque la intervención militar rusa fue pedida por el Gobierno sirio y tuvo un efecto altamente positivo para el Gobierno y el pueblo sirio, la decisión del retiro había que tomarla tarde o temprano: por ello es un acierto", sostuvo el analista.
"Si se tomó la decisión es porque el objetivo está logrado", afirmó.
Para Ciafardini, "lo importante es que de ahora en más el futuro de Siria está en manos de la propia Siria y no condicionado por una estrategia desestabilizadora extranjera que usaba al Daesh como instrumento para voltear el Gobierno sirio más allá de la voluntad del propio pueblo sirio".
"Ahora se podrá continuar con un proceso democrático con todos sus requisitos de imperio de la ley procesos electorales normales, etcétera, cosa que no podía hacerse en medio del acecho terrorista", señaló.
Putin, al llegar el lunes 11 de diciembre a la base aérea de Hmeymim, ordenó iniciar el repliegue del contingente ruso de Siria.
Putin dejó claro que Moscú mantendrá presencia en Hmeymim y en el puerto de Tartus y podrá enviar refuerzos en caso de que los terroristas levanten la cabeza.
Rusia lanzó en septiembre de 2015 una ofensiva aérea en esa nación árabe a solicitud del presidente Bashar Asad, para detener el avance de los grupos yihadistas.
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