La gota que ha colmado el vaso de la paciencia entre los dos países ha sido el arresto de Metin Topuz, trabajador del Consulado de EEUU en Estambul, que fue acusado de mantener vínculos con el teólogo Fethullah Gulen, quien actualmente vive en EEUU.
Para responder al arresto de Topuz, EEUU decidió cesar la expedición de visados turísticos y los de negocio.
"Estaba claro que la tensión creciente en las relaciones bilaterales llegaría a semejante punto", declaró el politólogo turco Hasan Unal, de la Universidad Atilim, en una entrevista para Sputnik.
Unal considera que el principal detonante de la tensión entre los dos Estados radica en el hecho de que EEUU apoye al Partido de Unión Democrática que fue fundado por los nacionalistas kurdos en 2003 en Siria.
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"Está claro que esta jugada crea una seria amenaza para la seguridad nacional de Turquía y su integridad. En 2015, Turquía declaró que no permitiría crear un corredor kurdo, pero los estadounidenses no lo tomaron en cuenta. Washington transportó a los miembros del Partido de Unión Democrática en la parte occidental del río Éufrates. Tras la intentona golpista que se produjo en Turquía en 2016, este traslado de los kurdos obligó a las autoridades turcas a lanzar la operación Escudo del Éufrates".
A pesar de que las autoridades estadounidenses declararon que el cese de la expedición de visados había sido condicionado por el arresto del empleado consular, varios medios de comunicación opinan que esta medida representa un castigo para Turquía por su política exterior.
Una de las cosas que Washington reprueba en la política exterior de Ankara es el hecho de que Turquía firmara con Rusia un contrato para la adquisición de sistemas S-400. EEUU se mostró preocupado por tal adquisición.
"Transmitimos nuestra preocupación a las autoridades turcas sobre la potencial compra. Un sistema interoperativo de misiles de defensa de la OTAN se mantiene como la mejor opción para defender a Turquía del amplio abanico de amenazas en la región", dijo el portavoz del Pentágono, Johnny Michael.
Por su parte, las autoridades turcas rechazaron adquirir los sistemas de los países occidentales declarando que buscan garantizar con sus propios esfuerzos su seguridad nacional en el espacio aéreo.
Posteriormente, el exembajador de EEUU en Turquía, John Bass, refutó cualquier vínculo de la compra de los sistemas rusos con la actual crisis en las relaciones entre Washington y Ankara.
Las potenciales causas son numerosas, pero todos los expertos entrevistados por Sputnik coinciden en que el factor que más contribuyó a que las relaciones entre Ankara y Washington empeorasen está relacionado con los pasos que Turquía emprende independientemente de EEUU y la OTAN.
Soner Polat, contralmirante retirado de la Armada de Turquía, opina que la actual crisis se produjo después de que Turquía empezara lentamente a inclinarse hacia Eurasia y dejara de confiar en Occidente.
"El problema de los visados fue solo un pretexto. La auténtica causa de lo ocurrido se esconde en el hecho de que Turquía miró [políticamente] hacia Eurasia y no considera más a Occidente como árbitro que ayude a solucionar los conflictos regionales", aseguró.
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