"No, lo único que esto prueba es que han introducido el nombre de un empleado ruso en estos metadatos, ya está. Pero esto no prueba la procedencia de estos datos", dijo el entrevistado.
Los medios dominantes no tardaron en declarar que hay palabras rusas en el código, lo que les hizo afirmar que hay una 'huella rusa' en MacronLeaks.
"Los metadatos son los datos que añaden al texto para que los motores de búsqueda puedan encontrar la información de manera más rápida, pero estos no son una prueba de la fuente", dijo Préaux.
La filtración contiene poca información y sucedió en un momento en el que esta no podía tener ningún efecto sobre los resultados de las elecciones presidenciales. Al responder a la pregunta sobre la posible manipulación, Préaux manifestó que por ahora esto no puede confirmarse, pero pueden existir diferentes teorías a este respecto.
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El experto opinó que es considerablemente difícil obtener pruebas de que la información y las palabras que figuran en los metadatos provengan de un país o un organismo, puesto que no hay garantías de que aparezca una prueba formal incluso después de un análisis profundo.
Según Préaux, existen otras maneras de rastrear el origen de los datos, en particular mediante la dirección IP. Es decir localizar a qué país pertenece la IP.
"De todos modos se necesita una investigación técnica", concluyó.