"En el informe sobre el supuesto uso de armas químicas en Siria hay muchas incoherencias patentes lo que evidencia la escasa calidad de la investigación", señala la nota de la Cancillería rusa.
"Es algo inverosímil y nunca visto en la historia de la existencia de armas químicas… Una munición tan exótica representa peligro para quienes la usan", indica la nota.
Moscú cuestiona además la autenticidad de las muestras de gas sarín tomadas por los servicios secretos de Francia en la región de Jan Sheijun, donde presuntamente fue lanzado el ataque químico.
"Si los servicios secretos franceses tomaron ellos mismos esas muestras, significa que tenían acceso libre a esa región controlada por los grupos de la oposición siria vinculados con Al Qaeda", indica la Cancillería rusa.
La oposición siria denunció el 4 de abril un supuesto ataque con armas químicas en la ciudad de Jan Sheijun, que se saldó con más de 80 muertos, según la Organización Mundial de la Salud.
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Además, culpó a Damasco por el incidente, pero las autoridades sirias rechazaron la acusación alegando que todos sus arsenales químicos fueron retirados del país y eliminados en 2016 bajo la supervisión de la OPAQ.
Rusia por su parte señaló que el trágico incidente en Jan Sheijun fue un montaje o resultado de un bombardeo de la aviación siria a los arsenales terroristas en los que se almacenaban armas químicas destinadas para los yihadistas de Irak.
Tres días después, el 7 de abril, EEUU atacó con misiles de crucero Tomahawk la base aérea siria de Shairat en represalia por el incidente de Jan Sheijun.
El bombardeo estadounidense fue secundado de una ofensiva de los terroristas contra el Ejército sirio.