Los fallecidos formaban parte de un curso de formación militar para jóvenes de entre 17 y 18 años y fueron sorprendidos por un repentino torrente después de una intensa lluvia en el desierto.
Otros dos jóvenes siguen hospitalizados en un centro médico de Bersheba, en el sur de Israel, aunque están fuera de peligro.
En distintos medios israelíes se cuestiona por qué el Ejército mantuvo la excursión en el desierto mientras el pronóstico del tiempo indicaba que se iban a producir lluvias torrenciales.
Ocho helicópteros militares participaron en la búsqueda de una decena de jóvenes que se dieron por desaparecidos al ser arrastrados por el torrente, y cuyos cadáveres se recuperaron poco a poco.
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Los cadáveres serán trasladados al centro de medicina legal de Abu Kabir, en el área de Tel Aviv.