"El ejército libanés perdió su independencia y se ha convertido parte integral de la red de Hizbulá", dijo Lieberman en un acto militar celebrado con motivo de la fiesta judía de Sukkot.
"Estamos preparándonos para todas las posibilidades y la realidad cambia, si una nueva guerra estalla será una batalla en dos frentes: la frontera con Siria y con Líbano; si en el pasado hablábamos del sector libanés, ahora nos referimos ya a la frontera norte", agregó.
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Fuentes militares israelíes han reiterado en los últimos tiempos que las posibilidades de una nueva guerra en esta frontera norte son pequeñas pero admitieron al mismo tiempo que cualquier incidente puede degenerar rápido en un enfrentamiento.
"Cualquier paso que se dé contra el estado de Israel nos obligará a mostrar la fuerza y las capacidades de nuestro ejército, nuestros esfuerzos se dirigen a impedir una guerra pero en el actual Oriente Medio, las reglas cambian y la realidad es muy frágil, todo puede cambiar de la noche a la mañana (el 11 de octubre)", añadió Lieberman.
Israel e Hizbulá libraron en 2006 su última guerra, que terminó con una resolución de la ONU que pedía el desarme de la milicia libanesa, la retirada de Israel del sur del Líbano para que pudiera desplegarse una misión de paz de la ONU y el ejército libanés.
Sin embargo, el ejército israelí considera que Hizbulá ha incrementado su arsenal gracias a la ayuda iraní y a la guerra en Siria, en la que apoyan a las tropas de Bashar Asad. Además de contar con cohetes y misiles, la milicia podría movilizar a unos 30.000 combatientes en caso de guerra, según fuentes israelíes.