"Los servicios médicos ofrecidos en todos los hospitales de Catar están funcionando normalmente y no hay escasez de suministros", cita el diario local The Peninsula a Ali Abdullah Al Khater, portavoz de la corporación estatal Hamad a la que pertenece la mayoría de los establecimientos del sector.
"No hay riesgo para la salud pública", aseguró.
El 5 de junio, Arabia Saudí, Bahréin, Egipto y Emiratos Árabes Unidos anunciaron la ruptura de las relaciones diplomáticas y la suspensión de las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con Catar, tras acusar a Doha de apoyar el terrorismo.
Al boicot diplomático de Catar se sumaron posteriormente Libia, Yemen, Maldivas, Mauritania y Comoras; Jordania y Yibuti redujeron el nivel de sus lazos diplomáticos con Doha; Senegal, Chad y Níger llamaron a consultas a sus embajadores en Catar.
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El Gobierno de Catar lamentó el bloqueo diplomático al calificarlo de "injustificado", y aseguró que todas las acusaciones carecen de fundamento.