En el texto, Hamás no llama a la destrucción de Israel —aunque no lo reconoce y no renuncia a "liberar toda Palestina"— y acepta la creación de un Estado palestino en las fronteras del 4 de junio de 1967, previas a la Guerra de los Seis Días, en que Israel ocupó Cisjordania, Gaza, Jerusalén este, los Altos del Golán (a Siria) y la península egipcia del Sinaí.
La propuesta de Hamás acepta un estado palestino con Jerusalén como capital y una solución justa para los refugiados palestinos basada en la resolución 194 de la ONU.
La carta fundacional declara que Hamás es una rama de los Hermanos Musulmanes, pero el nuevo texto no los nombra.
Hamás se define como un movimiento de liberación nacional con una referencia islámica sin mención a la Hermandad.
Meshal dijo al presentar el documento que "Hamás pertenece a la escuela de los Hermanos Musulmanes, pero no hay ninguna conexión a nivel de organización ni de ningún otro tipo con ellos", comentó Abu Sada.
El documento de Hamás señala a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) —que integra a diversas facciones y de la que Hamás no es miembro— como la legítima representante de los palestinos.
"La nueva posición de Hamás tendría que mejorar su relación con Fatá. No obstante, el acercamiento en sus programas provoca suspicacias en Fatá, que teme que Hamás quiera reemplazar a la OLP y erigirse en representante de los palestinos", opinó Abu Sada.
Para este profesor, la muestra del miedo de Fatá es que Abás anunció hace unos días que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) no pagará más a Israel la electricidad que suministra a Gaza. Abás estaría intentando debilitar a Hamás en Gaza y demostrar que aún tiene poder para controlar parcialmente la franja.