Una nota publicada en la web de esta ONG sube a 126 el número total de los fallecidos, catorce más de lo que se mencionó algunas horas antes.
Un terrorista suicida detonó el 15 de abril su coche bomba cerca de un aparcamiento de autobuses en Al Rashidín, un área controlada por los rebeldes donde los evacuados esperaban luz verde para proseguir hacia Alepo.
A finales de marzo, las autoridades sirias y los rebeldes lograron un acuerdo con la mediación de Catar e Irán que estipulaba la evacuación de más de 30.000 personas —civiles y combatientes— desde cuatro localidades sitiadas.
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Grupos armados que mantienen el sitio a las aldeas chiíes de Fua y Kefraya dejaron marcharse a los simpatizantes del régimen de Bashar Asad a cambio de la libre salida de insurgentes y sus familiares desde dos poblados próximos a Damasco: Madaya y Zabadani, en la gobernación de Rif Dimashq.
La evacuación en masa comenzó el 15 de abril pero una caravana de buses procedente de Fua y Kefraya fue parada al día siguiente en Al Radhidín.