El pequeño, llamado Abdallah Issa, fue arrestado por los rebeldes del movimiento Nour al Din al Zenki tras ser acusado de combatir en las filas de la unidad progubernamental palestina Brigada Jerusalén.
#Syria rebels in #Handarat #Aleppo capture Al-Quds fighter, #Palestine militia regime proxy. Perhaps no more than 13 pic.twitter.com/CipviBit7I
— Riam Dalati (@Dalatrm) 19 июля 2016 г.
En el vídeo, el niño herido de una pierna es decapitado por rebeldes barbudos en una camioneta. Uno de los milicianos lo agarra del pelo, lo tumba boca abajo, le sujeta las muñecas con una mano y lo degüella con una navaja. Luego, uno de los rebeldes le corta la cabeza, al grito de 'Alá es grande'.
Tras la aparición del vídeo, EEUU supuestamente interrumpió la financiación, prometiendo "consecuencias" si la grabación del brutal asesinato resulta ser real.
"Estamos investigando para tener más información. Si recibimos pruebas de que esto sucedió realmente y de que al Zinki estuvo involucrado, examinaremos todo vínculo o cooperación con ese grupo", comentó el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Mark Toner.
El asesinato causó una ola de indignación entre los civiles sirios.
"Es obra de criminales. Está prohibido por el islam", lamentó el imán Mohamed Badawi en Twitter.
Mohamed Mansour, un residente de Al Mashad, donde ocurrió la ejecución, declaró en su cuenta de la red social: "Es un gran error y va a perjudicar a todas las facciones rebeldes del Ejército Libre Sirio".
La decapitación brutal fue también condenada por la Coalición Nacional Siria, que expresó su "conmoción frente a las horribles escenas" e instó al grupo a realizar una investigación y castigar a los culpables.
"La Coalición Nacional no respalda ningún comportamiento contrario a los principios de la revolución y las aspiraciones del pueblo sirio que reclama libertad, dignidad y justicia", según un comunicado oficial.