La información se recoge a primera hora de la mañana en distintos controles militares que se sitúan en algunas carreteras de Cisjordania.
La información se recoge solo de varones jóvenes. Los soldados les conminan a rellenar unos impresos en los que deben escribir su nombre, edad, número de teléfono, número de la tarjeta de identidad, tipo de vehículo que usan y número de matrícula.
Así mismo deben consignar el lugar de origen y el lugar de destino y proporcionar una fotocopia de su tarjeta de identidad. Solo entonces se les permite continuar el viaje.
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Según la ONG israelí Rompiendo el Silencio, que monitorea las actividades del Ejército en los territorios ocupados, esta información se incorpora a una gran base de datos.
Algunos soldados han protestado ante sus superiores de que esta práctica invade la privacidad de los palestinos y afecta el desarrollo de su vida diaria.
Hasta ahora este tipo de información privada de los palestinos la obtenía el Ejército israelí a través de las redes sociales en internet.