El informe anual, difundido por la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (Unama, por sus siglas en inglés), menciona la cifra de 10.453 víctimas civiles (3.438 muertos y 7.015 muertos y heridos) a causa del conflicto.
Al mismo tiempo, el pasado año siguió en aumento el número de las víctimas civiles provocadas por ataques suicidas o combinados.
En 2017 se registró un alza del 17% en el número de estos ataques a escala nacional, correspondiéndoles el 22% de todas las víctimas civiles documentadas en 2017.
La mayoría de las víctimas civiles, el 65%, son atribuibles a los grupos insurgentes: el 42%, a los talibanes; el 10%, a ISIS-K (la división local del llamado Estado Islámico o Daesh, la organización terrorista proscrita en Rusia y otros países), por sus siglas en inglés); y el restante 13%, a otros elementos antigubernamentales.
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Las fuerzas del gobierno afgano, según el informe de Unama, fueron responsables de un 20% de las víctimas civiles en 2017.