El hombre, de 48 años, importaba equipos de EEUU para después introducirlos de contrabando en Irán, en violación de las sanciones internacionales y en detrimento de las relaciones entre Washington y los EAU, informó el diario digital The National.
En otro caso de espionaje visto el jueves en la Corte de Apelaciones, un emiratí de 34 años y su cómplice de 44 años de edad, nacional de otro país del golfo Pérsico que reside en los Emiratos Árabes Unidos, son acusados de haber compartido información con agentes de los servicios de inteligencia iraníes.
La acusación sostiene que los dos acusados iban a reunirse con su enlace en el Consulado de Irán en Dubái y proporcionarle información confidencial sobre instalaciones gubernamentales.
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En otro juicio oral que se celebró este jueves un emiratí es acusado de colusión con los servicios de inteligencia iraníes a través de un agente que trabaja en el Consulado iraní en Dubái.
El hombre, de 55 años, que trabajaba como empleado de una compañía petrolera en Abu Dabi, suministró información confidencial relacionada con los pozos de petróleo en territorio emiratí, lo que pudo haber causado daño a la economía y los intereses nacionales.