"El uso continuo de municiones de racimo, ampliamente prohibidas, por parte de las fuerzas lideradas por Arabia Saudí en Yemen muestra una profunda falta de respecto por la vida de los civiles", dijo Steve Goose, director de Armas de HRW y presidente de la Coalición contra las Municiones de Racimo, movimiento internacional para erradicar las bombas de este tipo.
Las fotografías ofrecidas por uno de los propietarios de la granja apuntan a que las municiones usadas son bombas brasileñas ASTROS II.
Goose instó a Arabia Saudí, sus aliados de la coalición y Brasil como fabricante a "sumarse inmediatamente al tratado internacional ampliamente reconocido que prohíbe las municiones de racimo".
La Convención sobre Municiones de Racimo, aprobada en 2008, es un tratado internacional, ratificado por 100 Estados y firmado por otros 19, que prohíbe el uso, el transporte y el almacenamiento de bombas de racimo.
Aunque Arabia Saudí no es parte de la Convención, en diciembre de 2016 su Gobierno aseguró que dejaría de usar las bombas de racimo británicas BL-755.