"Los casos comprobados de asesinatos, mutilaciones y reclutamiento de niños aumentaron considerablemente el año pasado en una drástica escalada de la violencia a lo largo del país", apunta Unicef en un comunicado.
Al menos 652 niños murieron en el conflicto el pasado año, lo que supone un aumento del 20% en comparación con 2015 y convierte el 2016 en el peor año para los niños de Siria desde que comenzó la verificación formal de las víctimas infantiles en 2014.
"La profundidad del sufrimiento no tiene precedentes. Millones de niños y niñas en Siria sufren ataques diarios y tienen la vida puesta al revés", cita la nota al director regional de Unicef para Oriente Medio y Norte de África, Geert Cappelaere.
Los más vulnerables entre los niños sirios son los 2,8 millones que residen en zonas de difícil acceso, incluyendo unos 280.000 niños que viven bajo asedio, sin acceso casi a la ayuda humanitaria.
También hay millones de niños desplazados y más de 2,3 millones viviendo como refugiados en Turquía, Líbano, Jordania, Egipto e Irak.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia urge a las partes en conflicto, a los países con influencia sobre ellas y a la comunidad internacional en su conjunto a buscar una solución política inmediata para poner fin al conflicto en Siria, cesar las graves violaciones contra los niños, así como los ataques a escuelas y hospitales, levantar los asedios y asegurar el acceso incondicional a todos los menores necesitados en Siria.