"Nuestros colegas occidentales tendían a echar todas las culpas (del uso de armas químicas) al régimen de Bashar Asad, no obstante, nadie ofreció ninguna prueba convincente", afirmó el canciller ruso.
Lavrov explicó que "hace algún tiempo, dos, dos años y medio o quizás tres, cuando aparecieron las informaciones sobre el uso de armas químicas en Siria, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), radicada en La Haya, creó una misión para investigar los hechos".
"La misión tenía el mandato de establecer si realmente habían casos de uso de sustancias químicas tóxicas, pero no tenía el mandato de establecer a los responsables", indicó el ministro de Exteriores.
Lavrov también señaló que "posteriormente, no hace mucho, durante el año pasado, se obtuvieron muchas pruebas que permiten suponer con alto grado de seguridad que los terroristas no solo tienen acceso a las sustancias químicas, sino que las producen".