Mursi, que fue miembro de la Hermandad Musulmana, fue derrocado por un golpe de Estado militar liderado por el actual presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, en julio del 2013 tras unas protestas masivas contra su gobierno.
Mursi y otros 12 miembros de los Hermanos Musulmanes fueron condenados el mes pasado por violencia, secuestro, tortura y la muerte de manifestantes en el 2012. Mursi fue condenado a 20 años de cárcel.
La Hermandad está proscrita en Egipto desde que Mursi fue derrocado y ascendió al poder Al Sisi. El movimiento fue declarado organización terrorista en diciembre del 2013.
Según la fuente de seguridad egipcia citada por Alarab Alyawm, el plan requería que Mursi fuera "sacrificado" para reunir a partidarios de la Hermandad en una revuelta y volver a tomar el poder en Egipto.
Los métodos posibles para asesinarlo estando encarcelado incluía el derribo del helicóptero que lo llevó a la corte o envenenar su comida, según las informaciones del diario jordano, que sugiere que la familia del expresidente estaba enterada del plan y temía por su vida.
Una vez se enteraron de la existencia del complot, las autoridades egipcias tomaron medidas de seguridad adicionales para garantizar la seguridad de Mursi, manteniendo el momento en que se realizaban sus movimientos desde y hacia el tribunal en secreto.