El pacto, sellado con la formación religiosa ultraortodoxa Judaísmo Unido de la Torá (JUT), consta de cien cláusulas. El equipo negociador del Likud ha presentado ya el acuerdo a Netanyahu.
Por su parte, el JUT ha transmitido a los rabinos jefes el pacto para que den su opinión al respecto y, si no hay cambios, lo aprueben. Esta mañana parecía que las dos formaciones no se pondrían de acuerdo por desavenencias en la cuestión de los beneficios para los niños, pero finalmente, el desacuerdo se solucionó.
A pesar de los progresos con el JUT, las negociaciones con el otro partido religioso ultraortodoxo, el Shas, y con la Casa Judía (ultraderecha religiosa) no han avanzado.
La diputada de La Casa Judía Ayelet Shaked ha dicho que las negociaciones con el Likud solo se retomarán y llegarán a buen puerto si Netanyahu les garantiza que se construirán viviendas en colonias judías en los territorios palestinos de Jerusalén este y Cisjordania y si se limitan los poderes de los tribunales.
El ministro de Construcción saliente, Uri Ariel, ha acusado a Netanyahu de maltratar a La Casa Judía y a su líder, Naftali Bennett. Un portavoz del Shas ha indicado, por su parte, que "ha habido una desconexión de unos días con el Likud".
Netanyahu tenía que reunirse hoy por la noche con el líder de Kulanu (Todos Nosotros, derecha) para intentar cerrar un acuerdo de gobierno con él.