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Partido de mujeres judías ortodoxas aspira a sentarse en el Parlamento israelí

© AP Photo / Ariel SchalitKnéset
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Las mujeres judías ortodoxas hartas de que se las esquive en la política israelí organizan su propio partido para que se les reconozca su representatividad social y se oiga su voz.

"Hay muchos muros de miedo para las mujeres judías ortodoxas en sus comunidades y no tienen a quien acudir en la Kneset (Parlamento israelí)", afirma Ruth Colian, una israelí ortodoxa, de 33 años y madre de cuatro hijos.

Colian asegura que "en la Kneset están representados todos los grupos de la sociedad excepto uno: las mujeres ortodoxas, y como no tenemos representación, nuestra voz no se oye".

Por esta razón, decidió lanzarse a la difícil tarea de fundar el primer partido político integrado fundamentalmente por ortodoxas, a las que sus comunidades y los rabinos que las dirigen no permiten entrar en la vida política.

"En la sociedad judía ortodoxa cuanto más estés dentro de casa, más respetada eres, la mujer ha de ser recatada y tener profesiones como maestra de jardín de infancia", señala Colian, que vive en la ciudad de Petah Tiqva, en el centro de Israel.

Su formación se llama "B'Zhutan: Mujeres ortodoxas haciendo cambios" y se presenta a las elecciones legislativas de Israel del 17 de marzo con una lista de nueve personas: siete mujeres y dos hombres.

Las cuatro primeras candidatas son mujeres pero inicialmente, el cuarto era un hombre ortodoxo, pero al saber que estaba en un partido de mujeres lo expulsaron de la yeshiva (escuela religiosa) donde estudiaba y decidió dejar el partido.

Colian y las mujeres de B'Zhutan se enfrentan a ser proscritas en su sociedad. "Recibo amenazas por Facebook, por teléfono, llaman a la puerta de mi casa a las 11 de la noche y me insultan por la calle, me llaman puta", cuenta. Pero asegura que su marido la apoya en su lucha.

Pero para Colian, su decisión de crear el partido ya no tiene marcha atrás.

"Escogí liderar este combate y ahora no puedo dejarlo, es una gran responsabilidad. Detrás mío hay miles de mujeres que rezan para que triunfemos", recalca esta admiradora de Rosa Parks, la activista que luchó por los derechos de los afroamericanos en EEUU.

Colian espera que muchas mujeres la voten, aunque las ortodoxas escogen al partido que les dice su marido, que vota a quien le indica su rabino. "Pero a la hora de la verdad, el voto es secreto, y espero que muchas opten por nosotros", comenta Colian.

Hacer campaña para B'Zhutan no es fácil, ya que en el mundo ortodoxo no hay televisión y las comunidades se informan a través de prensa y radio religiosa donde no han dado cabida al nuevo partido de mujeres.

Sus métodos principales de difusión son la distribución de folletos en la calle y el puerta a puerta (visitas a casas).

En internet tienen una página web en hebreo en la que solicitan donaciones para poder seguir adelante con su proyecto.

Colian, que estudió derecho, insiste en que su partido es importante para que las ortodoxas tengan a alguien que las defienda, ya que las formaciones ortodoxas con representación en el Parlamento, como el Shas y el Judaísmo Unido de la Torá, no se ocupan de los problemas de las mujeres de su comunidad porque no les interesan.

Como ejemplo, Colian destaca la ausencia de diputados ortodoxos en las sesiones en las que se trató el cáncer de pecho, a pesar de que las mujeres ortodoxas padecen esta enfermedad el doble que las demás en Israel.

El motivo principal es que no se conciencia de forma suficiente a estas comunidades porque la cuestión se considera "poco recatada" y simplemente, no se habla de ella.

Para Colian, el objetivo de su partido es representar "a todas las mujeres", no solo a las ortodoxas, especialmente a las madres divorciadas o solteras que tienen dificultades para llegar a final de mes y sacar adelante a sus hijos. Y también para defender a las que han sufrido y sufren violencia de género y abusos sexuales y a las que luchan contra las instituciones religiosas.

"Los tribunales rabínicos son una de las mayores enfermedades de Israel, para mí es peligroso decir esto en público, pero hay que contarlo. Hay rabinos que hacen un gran trabajo en los tribunales, pero la gran mayoría del sistema es completamente corrupto", denuncia Colian.

"Nadie envidia a una mujer que tenga que acudir a un tribunal rabínico, por ejemplo, a solicitar el divorcio. Tardarán años en dárselo, si se lo conceden y la sociedad en la que vive la rechazará totalmente, hasta sus hermanos y su propia madre cruzarán de acera cuando la vean", subraya.

Colian asegura que uno de los principales males de las comunidades ortodoxas es el elevado número de violencia de género y los abusos sexuales. "A muchas mujeres las pega su marido y no hablan, solo sufren".

Algunas quieren escapar pero no saben como, dice Colian. "El estado tiene 14 albergues para mujeres maltratadas, pero solo uno para ortodoxas. Una mujer religiosa no ira a un albergue no religioso donde hay televisión y cosas que están prohibidas en su comunidad", indica.

Otro de los campos que Colian considera primordial para mejorar la situación de las mujeres ortodoxas en Israel es la educación.

"Las niñas, a partir de los 14 años ya están encerradas en casa. No estudian y es un problema grave", recalca.

Colian hace hincapié en que la educación es fundamental para que las mujeres puedan ganarse la vida, conocer sus derechos y evitar que las engañen en su vida laboral.

La fundadora de B'Zuthan lamenta que a menudo, a las chicas que trabajan como maestras en guarderías les pagan la mitad del sueldo que les corresponde porque no conocen sus derechos o no se quejan.

La mayoría de las ortodoxas son la única fuente de ingresos de sus hogares —subvenciones del estado aparte-, ya que sus maridos estudian en escuelas religiosas durante todo el día y no trabajan.

Colian recibió la propuesta de un partido ortodoxo de hombres para presentarse a las elecciones en coalición, pero la rechazó.

Antes de decidirse a crear B'Zhutan intentó fomentar que las formaciones religiosas ya existentes aceptaran a mujeres en sus listas y denunció ante el Tribunal Supremo a los partidos que no admitían mujeres, ya que va contra los principios de igualdad y no discriminación por razón de sexo que tendrían que regir en Israel. Pero no consiguió nada.

A Colian no le atrajo la idea de hacer política desde un partido no ortodoxo porque ella y sus compañeras quieren preservar su identidad y demostrar que "las mujeres pueden tener una buena formación, convertirse en líderes y seguir siendo ortodoxas".

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