Como cualquier chica de su edad, Natalia estaba compartiendo mates en una tarde primaveral con sus amigos en una plaza del barrio de La Boca. Una tarde como cualquier otra, salvo porque Mariano Bonetto, un veterinario de 27 años, la atacó con un cuchillo de caza y le asestó cuatro puñaladas que le provocaron la muerte.
El asesino de ambas jóvenes fue detenido y reducido por la multitud que se encontraba en las inmediaciones. Una vez sometido a la justicia, la defensa de Bonetto adujo que sufría de brotes psicóticos y no estaba en sus cabales al momento del ataque. El tribunal lo declaró inimputable, un hecho que contestan los abogados de la familia de Natalia.
"Desde el principio nosotros insistimos que por su comportamiento, por cómo fue el ataque y por los testimonios de quienes lo vieron, esta persona sabía perfectamente lo que estaba realizando", dijo a Sputnik la doctora Liliana Borysiuk, que representa a Anna Rodionova, madre de la adolescente rusa asesinada.
Las cuatro puñaladas que recibió Natalia fueron "muy certeras" y afectaron al hígado, a los pulmones, al páncreas y a la columna, lo que sugiere que Bonetto "apuntó a matar", dijo la letrada. Además, de acuerdo con los testimonios de las personas que estaban en la plaza, el hombre había socializado y hablado de música, arte y libros con algunos de los presentes.
La pericia fue llevada adelante por el Cuerpo Médico Forense, dependiente de la Corte Suprema de Justicia de Argentina, con la presencia de un perito de parte de Bonetto. Las entrevistas se dieron en dos ocasiones, "durante 20 minutos cada una", e indicaron que el hombre no estaba en el uso de su razón al momento de cometer los asesinatos.
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En base a este informe, apenas dos meses después de la muerte de Natalia y Nuria, la jueza Wilma López sobreseyó a Bonetto por su presunta incapacidad y lo destinó a internación en el Programa Interministerial de Salud Mental Argentino (P.R.I.S.M.A.) del Complejo Penitenciario Federal número 1 de Ezeiza. La medida fue revocada por una instancia judicial superior, pero la magistrada la sostuvo en un segundo fallo basado en las pericias iniciales.
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Según indicó a Sputnik el doctor Juan Santiago Maldonado, que también representa los intereses de las víctimas, es importante tener en cuenta que cuando Bonetto fue reducido, la multitud le propinó un cuchillazo en el área del hueso parietal. El efecto de este golpe en las zonas vecinas al cerebro "podría haber dado lugar muy probablemente" a una "alteración".
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Las pericias que dictaron la inimputabilidad del veterinario se realizaron cuando este se encontraba afectado por el cuchillazo. Los "parámetros neurológicos y neuropsicológicos" derivados de esta situación no fueron tomados en cuenta y esto llevó a resultados "falenciales en primera y segunda instancia".
"Quienes inicialmente habían dicho que no era necesario un examen neurológico o neuropsicológico —elementos que tienen que ser tenidos en cuenta- fueron psicólogos y psiquiatras. Personas que no son expertas en lo que se está solicitando están manifestándose sobre cuestiones que exceden a su competencia", dijo Maldonado.
Para pagar los costos de los peritos neurólogos y neurocirujanos que defenderán en el tribunal esta tesis, fue necesario el apoyo de la colectividad rusa en Buenos Aires, que realizó conciertos y festivales de recaudación de dinero, informó Borysiuk.
La abogada subrayó que buscarán que la justicia sea "para todos y no solo para los que tienen dinero", puesto que Bonetto pertenece a un sector de alto poder adquisitivo. Si se declarase culpable al joven, deberá cumplir una pena.
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Si, por el contrario, se lo declarase nuevamente inimputable "entonces va a pasar a la justicia civil". En este escenario, su defensa podría potencialmente pedir su libertad aduciendo el éxito el tratamiento por su supuesta patología.
