"A principios de agosto envié un documento en el que pedía suspender por lo menos un día la prohibición de entrar en la UE y pasaron siete semanas sin responder, y a una semana de iniciarse las audiencias negaron mi petición", dijo el propio periodista a Sputnik.
Ahora, indicó, se agotó el tiempo para recurrir esa negativa.
"Es un caso singular ya que las sanciones contra los periodistas contradicen la libertad de expresión", remarcó.
El derecho a que la causa de una persona sea oída equitativa y públicamente, sostuvo, lo garantizan el Convenio Europeo de Derechos Humanos y la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
"No tienen precedentes las sanciones contra periodistas y la decisión de los funcionarios europeos de privarme de voz en los tribunales", apostilló.