"El peligro es el día a día de muchos", señaló el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en un melancólico y desesperanzador discurso ante la Asamblea General de la ONU, la última al frente de la organización, ya que dejará el puesto de Secretario al finalizar el presente año.
"Brechas de desconfianza separan a los ciudadanos de sus líderes. Los extremistas empujan a las personas a dividirse entre 'nosotros' y 'ellos'. La tierra nos ataca con océanos que se alzan, récords de temperatura y tormentas extremas", señaló en términos generales Ban Ki-moon, para luego referirse a problemas más concretos.
Pero el conflicto en Siria fue el momento álgido del discurso del actual secretario, al referirse al bombardeo de un convoy humanitario el pasado 19 de septiembre.
"Cuando pensábamos que la situación no podía empeorar más, el listón de depravación se hunde aún más".
"Presentes hoy en este espacio se encuentran los representantes de Gobiernos que han ignorado, facilitado, patrocinado, participado e incluso preparado y llevado a cabo atrocidades contra la población civil siria, daños que han sido infligidos por todas las partes del conflicto sirio", aseveró.
A continuación, Ban Ki-moon se refirió a las diferencias entre Israel y Palestina, asegurando que en la última década se perdió la paz que había sido encontrada a través del diálogo entre los dos países.
"Abandonar la solución de tener dos Estados por el concepto de uno solo, es una idea condenada a la perdición: privará a los palestinos de la libertad y empujará a Israel más allá de las perspectivas de una democracia judía y hacia un mayor aislamiento global".
Finalizó en el mismo tono, ya que el diplomático surcoreano condenó la demonización de los refugiados musulmanes y los intentos de los políticos y de diversos países de dividir a la gente y multiplicar el odio.
El último discurso de Ban Ki-moon, casi una década después de que asumiera el cargo de secretario general de las Naciones Unidas, muestra la frustración de un hombre y, por ende, de toda una organización, que ha luchado y alcanzado muchos logros, pero que a la vez ha fracasado en el desafío de ayudar a los refugiados y de buscar una paz mundial que, lastimosamente, hace diez años se veía más cercana.