El retraso coincide con las suspicacias de Londres por la reacción del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, al fallido golpe de Estado. Esta es una prueba de que las relaciones entre Turquía y sus socios occidentales se han enturbiado e incluso la OTAN ha tenido que afirmar públicamente que la membresía de Ankara en la Alianza no se cuestiona, recordó el medio.
"Históricamente, el proyecto del caza nacional estaba motivado por una mezcla de nacionalismo y de paranoia, y Turquía, bajo el Gobierno de Erdogan, cumple ambas 'exigencias'", opina el analista estadounidense Richard Aboulafia.
La empresa productora del caza, BAE, precisó a Bloomberg que "apoya a los estudios sobre el preacuerdo con el Gobierno y la industria turca", pero rechazó hacer ningún comentario sobre la próxima fase del proyecto.
Según destacaron los representantes británicos, Reino Unido "apoya a las empresas que responden a las necesidades de las FFAA turcas y que cooperan estrechamente con las compañías turcas".
Este acuerdo forma parte de un tratado intergubernamental y el Reino Unido negocia con el Secretariado de Industrias de Defensa turco —el copropietario de TAI que vigila los proyectos militares— que está presidido por el primer ministro del país otomano.
Turquía expresó por primera vez su deseo de colaborar con BAE en diciembre de 2015. La empresa compite con Airbus Group SE por el derecho de diseñar y desarrollar la aeronave —cuya finalización está prevista al año 2023—.