Sputnik te trae imágenes de la tradicional fiesta que revoluciona una pequeña localidad de España cada año. Se trata de La Endiablada, celebrada entre el 1 y el 3 de febrero por diablos que con sus despampanantes atuendos atraen la atención de cada vez más turistas.
Los participantes de la procesión llevan atuendos de colores llamativos y mitras rojas. A los trajes se les cosen pesados cencerros.
Durante la marcha, los personajes intentan hacer todo el ruido posible. Saltan, bailan, giran sobre sí mismos, como alma que lleva el diablo, nunca mejor dicho. Además, los 'diablos' llaman a las puertas de las casas y piden caramelos a modo de ofrendas.
En la fiesta participan exactamente 130 'diablos', dirigidos por el 'diablo mayor': el más mayor en edad de entre todos los hombres que participan.
Solo los hombres naturales de Almonacid pueden formar parte de la Hermandad de los Diablos. Incluso hay un documento que detalla con exactitud todas las tradiciones de la fiesta.
La marcha de los personajes tiene lugar el 2 de febrero, día de la Virgen Candelaria. Es el día en que los miembros de la hermandad rezan por sus familiares fallecidos y visitan los cementerios. Esta fecha coincide con el día 40 tras el nacimiento de Jesús.
Otra procesión toma las calles el 3 de febrero, el día de San Blas, patrón de Almonacid. Así, la fiesta combina dos acontecimientos consecutivos del calendario de la Iglesia católica: la fiesta de la Virgen Candelaria y la festividad de San Blas en honor al patrón de la localidad.
El último día de las fiestas, los 'diablos' vuelven a vestir ropa de calle para participar en una comida de clausura que pone el broche a las fiestas.
Existen dos leyendas que explican el origen de esta fiesta. La primera cuenta que la Virgen quería amamantar al niño Jesús, pero sentía vergüenza de que la vieran. Entonces aparecieron pequeños diablos con llamativas y estrafalarias vestimentas que se pusieron a bailar alrededor de la Virgen haciendo ruido con sus cencerros, todo para desviar la atención del público y para que la madre pudiera alimentar a su hijo.
De acuerdo con la otra leyenda, los pastores locales no acababan de resolver un conflicto con los pastores de otra aldea. En las montañas encontraron enterrada la imagen de San Blas, muy venerada en esas tierras. Los pastores le pidieron consejo al santo, y este les ayudo a poner fin a la disputa. De vuelta a casa, los pastores decidieron informar de lo ocurrido a todo el vecindario. Sus saltos y bailes atrajeron la atención de todos.
En 1964 La Endiablada fue declarada fiesta de interés turístico nacional en España.
