La dirigente conservadora intenta así contener una rebelión en la facción europeísta de su equipo ministerial que quiere despejar la sombra de un Brexit abrupto el mes próximo derivada de la falta de apoyo parlamentario al tratado con la UE.
"Si se rechaza de nuevo [el acuerdo], tendremos una votación el 13 de marzo sobre si la Cámara acepta o no acepta salir de la UE sin acuerdo el 29 de marzo", reiteró May en los Comunes.
"Habrá [entonces] un voto sobre una extensión corta y limitada del Artículo 50", añadió la primera ministra en referencia al reglamento de la UE sobre las escisiones del club comunitario.
May insistió sin embargo en su ambición de cerrar las conversaciones con Bruselas con un acuerdo con modificaciones satisfactorias para los 432 diputados que tumbaron la versión original del documento en enero.
"La política del Gobierno es lograr cambios legalmente vinculantes [al protocolo irlandés]", respondió en la sesión de Preguntas a la primera ministra.
Con estas dos últimas concesiones de voto, el Ejecutivo ha restado urgencia a una enmienda suscrita por diputados de distintos partidos y respaldada por miembros de su propio Gabinete que podría bloquear el Brexit sin acuerdo.
Poco antes, el conservador Alberto Costa perdió su cargo como ayudante del ministro de Escocia por suscribir una enmienda demandando la protección de los ciudadanos de la UE en caso de un Brexit duro.
La postura del diputado cuenta con amplio respaldo en el equipo ministerial de May, entre la oposición e incluso entre los euroescépticos radicales.