"Claro está que Turquía puede formar parte de muchas organizaciones internacionales pero la solución para Ankara consiste en la reorientación, de su colaboración con la UE, a la interacción con sus vecinos Rusia, China y Oriente Próximo", dijo el experto.
Hablando de la importancia de los futuros encuentros del presidente otomano Recep Tayyip Erdogan con Vladímir Putin y Donald Trump que tendrán lugar en mayo, Guller subrayó que en este mes llegará el momento de la verdad.
"Espero que Ankara haga su elección a favor de la normalización de relaciones con Rusia y llegue a entenderse con Asad. Espero que sea así, como persona que se muestra contraria a la política de la UE y al imperialismo de EEUU", enfatizó.
Turquía solicitó la adhesión a la Comunidad Económica Europea (CEE) —antecesora de la UE— en 1987 y entabló las negociaciones correspondientes en 2005. Las conversaciones, sin embargo, llegaron a un punto muerto en 2007 debido a varias discrepancias con los miembros de la UE y la postura de Turquía sobre la cuestión de Chipre.
Para incorporarse a la UE, Ankara debe cumplir con los 35 capítulos técnicos, 14 de los cuales ya están acordados.