Además, prosigue, "son, en su mayor parte, los que reciben los pagos del tesoro de Kósovo, regularmente rellenado por el FMI".
En 2015 las autoridades de la república autoproclamada iniciaron los primeros pagos. Así, 12.000 exmiembros del UCK, que habían luchado contra el Gobierno legítimo de Yugoslavia, recibieron 170 euros cada uno, lo que, según la estadística oficial, es más de la mitad del salario promedio en el sector público.
"No obstante, debido a que el número de los veteranos registrados por alguna razón se cuadriplicó, Pristina —capital de Kósovo— se ve obligada a pedir más dinero del FMI", detalla la experta.
"Los veteranos, por su parte, amenazan con organizar 'algo mucho más serio que las protestas diarias' si su trabajo duro no se evalúa de manera justa", apunta Ristic.
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Asimismo, continúa, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, otra fuente de fondos para Kósovo —EEUU— podría dejar de existir.