Los funcionarios calificaron de "ilegales" las acciones de los empleados de la piscina y exigieron que cualquier persona pudiera usar las instalaciones públicas sin tener que cubrirse los pechos.
La gran mayoría de los suecos desconocía la decisión gubernamental, que se hizo pública después de un incidente parecido en una de las piscinas de Estocolmo. Como consecuencia, el requisito de cubrir la parte superior del cuerpo ha sido retirado para las mujeres, lo que significa que las piscinas podrían exponerse a severas críticas por parte de los defensores de los derechos humanos si sus empleados deniegan los servicios a los bañistas con los pechos desnudos, independientemente de su género e identidad sexual.
"—Esta decisión— va a afectar la percepción de la sociedad sobre las cuestiones de género en una dirección más inclusiva", ha dicho el representante de la agencia gubernamental, Per Holfve, en declaraciones a SVT, la televisión pública sueca.
"Existe el riesgo de colisión de diferentes culturas y religiones. Hay mujeres musulmanas que se bañan con toda la ropa puesta. Incluso personas sin ninguna influencia religiosa o cultural podrían ofenderse al ver a mujeres bañándose en 'topless'", ha detallado Carin Engstrom, directora de una piscina pública de Estocolmo.
"En una sociedad donde prima el principio de igualdad, las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres a la hora de ejercer sus libertades corporales en público", ha escrito Amanda Soltanian, defensora de los derechos humanos, en el diario sueco Dagens Nyheter.