La normalización de las relaciones entre Sebia y Kosovo está en punto muerto: los albaneses siguen con su retórica antiserbia, mientras Bruselas solo se limita a ofrecer un sitio para negociar, como si se tratase de un "testigo mudo" durante las reuniones, dijo en un comentario a Sputnik Marko Djuric, director de la Cancillería Gubernamental para los Asuntos de Kosovo.
"Serbia hizo esfuerzos enormes pero, temo que, dada la falta de concreción de los acuerdos y la retórica chovinista de Pristina, se ponga en duda la autoridad del proceso de normalización", observó.
Djuric señaló que, durante muchos años, se han venido elaborando documentos que no surten ningún efecto. Según sus propias palabras, las partes secundan la normalización, pero en realidad Pristina rechaza los derechos básicos de los serbios de Kosovo.
"Varios representantes de los kosovares perciben las negociaciones no como una medida para normalizar las relaciones, sino como una continuación de la guerra por otros medios", detalló.
"Aunque la mayoría de los países de la UE reconoció la llamada independencia de Kosovo, esperamos que el diálogo no sea utilizado para realizar metas geopolíticas —de Bruselas— mediante la presión sobre nuestro país", comentó.
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Las relaciones entre Kosovo, la antigua provincia de Serbia poblada mayormente por albaneses que declaró su independencia en 2008, y Belgrado siguen siendo muy complicadas. Bruselas señaló en varias ocasiones que la normalización de las relaciones bilaterales es la condición clave para el ingreso de Serbia a la UE.