"Es una política irresponsable de los políticos europeos y la cúpula de la Unión Europea no solo ante sus propios ciudadanos, sino también ante toda Europa", señaló Medvédev al comparecer en la Cámara baja con un informe sobre la gestión del Gobierno.
"Solo el año pasado entraron en la Unión Europea 1,8 millones de personas, de ellas 1,2 millones lo hicieron de manera ilegal en busca de las prestaciones que le habían asignado en Europa", precisó.
El fenómeno, dijo, supuso una ruptura de la estructura histórica y cultural de Europa.
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Tras la ola de refugiados que llegaron a Europa, sostuvo, Rusia debe estudiar con mayor rigidez sus propias leyes que regulan la migración.
"Es cierto que necesitamos mano de obra, pero esto no significa que debamos invitar a cualquiera", remarcó.
En los últimos años, apuntó, las autoridades han abierto expedientes administrativos contra dos millones de personas por infringir las leyes de inmigración.
"Esta labor requiere una mayor coordinación y mejoras que no quebranten los derechos humanos, pero, al mismo tiempo, que nos protejan de los problemas que vivió Europa", puntualizó.