El Ministerio del Interior fleta jets privados para deportar a los inmigrantes a los que deniega el asilo.
Muchos de estos aviones, afirma la edición, van casi vacíos porque los inmigrantes no llegan al aeropuerto.
Este año las autoridades contrataron un avión privado para que el marroquí Younes Tsouli, que cumple condena por ciberterrorismo, pudiera ser deportado.
También 26 albaneses fueron deportados en una aeronave con capacidad para 202 pasajeros.
El Ministerio del Interior ha admitido que los gastos en algunos vuelos charter son más altos que los publicados debido en gran parte a los recursos que presentan los inmigrantes para impedir su deportación.
En agosto un avión de gran capacidad devolvió a su país de origen solo a 11 afganos, ya que una corte suspendió la deportación de otros 61.
Las autoridades alegaron que si anulaban el vuelo el Gobierno tendría que haber pagado unas 300.000 libras a la compañía aérea.
El diario asegura que entre 2014 y 2015 las deportaciones en vuelos privados y regulares le han costado al fisco casi 30 millones de libras.