La empresa germana fue acusada de sobornar a los funcionarios durante los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004 para obtener jugosos contratos públicos.
Además la justicia revisa otro expediente por los pagos ilícitos que habría hecho Siemens para vender equipos digitales a la compañía telefónica OTE.
"Siemens destinaba una cuota de 10% de cada contrato a sobornos, con lo que ha causado daños de al menos 2.000 millones de euros", subrayó Konstantopoulou.
La legisladora ha instado a investigar todos los aspectos de esta trama.
"El dinero negro (sobornos) se destinaba a los políticos y a las cuentas de los partidos PASOK y Nueva Democracia", recalcó Konstantopoulou, provocando la protesta de los representantes de las facciones.
Los diputados creen que Siemens debe pagar completamente el daño causado al país por los sobornos que comenzaron en 1993.
El gobierno de Antonis Samarás optó por llegar a un acuerdo extrajudicial con la compañía alemana por 90 millones de euros, lo que el Ejecutivo actual de Syriza considera intolerable.
"Nadie aprobará un acuerdo inaceptable a expensas de Grecia", dijo en una reciente entrevista a RIA Nóvosti el secretario general de coordinación del Gobierno griego Jristóforos Vernardakis.
En marzo en una rueda de prensa conjunta con la canciller alemana Angela Merkel, el primer ministro heleno Alexis Tsipras le pidió colaborar en el caso de Siemens.
Nunca antes se había llevado el caso de la corrupción de la compañía germana a tan alto nivel.
Grecia le reclama, en particular, la entrega de más de una decena de implicados en este escándalo, pero hasta ahora Alemania que exige a Atenas endurecer la lucha contra la corrupción, hace oídos sordos a esta petición.