"Queremos visitar Cuba antes de final de año. Veremos si somos capaces de hacerlo", dijo el mandatario español en una entrevista con la agencia Reuters.
Sánchez acordó recientemente visitar la isla tras reunirse en Nueva York con el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.
A su modo de ver, no tiene sentido que Madrid y La Habana no mantengan una relación más fluida, sobre todo a la vista de que ambos países comparten unos "lazos muy estrechos" tanto a nivel histórico como cultural e incluso empresarial.
"Lo que estamos haciendo con esta visita es dar normalidad a las relaciones que ya tenemos en muchos asuntos", dijo Sánchez, que abogó por "reforzar" y "fortalecer" la relación con Cuba.
Insistió en que hoy en día, en Cuba hay "muchas empresas españolas", sobre todo relacionadas con el turismo, un sector en el que España es uno de los líderes mundiales.
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El presidente del Gobierno español además se mostró convencido de que Cuba es un lugar que ofrece a las empresas españolas "muchas oportunidades para invertir".
El presidente del Gobierno español ofreció la ayuda de Madrid a todos los países afectados por la "crisis de refugiados" que abandonan Venezuela.
En opinión del mandatario español, la situación de las personas migrantes y la gestión de su recepción en los países vecinos es el asunto más "urgente" de la actualidad venezolana.
No obstante, Sánchez destacó que también es necesaria la búsqueda de "soluciones políticas" al conflicto entre Gobierno y oposición.
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En ese punto, Sánchez también ofreció la colaboración de España como "facilitador" de un diálogo político, aunque admitió que es "pesimista" sobre que se pueda llegar a ese escenario en corto plazo.
"El régimen de Maduro no ha abierto ninguna ventana al dialogo con la oposición y, además, en mi opinión, la oposición tiene que hacer una reflexión sobre una posición común y permanecer unida", dijo el dirigente español.
"Cometió un error terrible cuando calificó a la Unión Europea como un enemigo", dijo Sánchez.
En opinión del mandatario español, la Unión Europea y EEUU siguen siendo aliados pese a que ambas partes difieren actualmente en su concepción del multilateralismo o en el abordaje de temas como el comercio o el cambio climático.
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"Aunque estamos sufriendo algunas turbulencias en nuestras relaciones, lo que puedo decir es que la voluntad de los Estados miembros es preservar la relación trasatlántica", añadió.
Sánchez se mostró convencido de que, pese a las diferencias, para los Estados Unidos es preferible tener como interlocutor al otro lado del Atlántico a una Unión Europea fuerte.
"Realmente creo que una Unión Europea fuerte es positiva para EEUU", insistió Sánchez, que incidió en este punto varias veces durante la entrevista.
Preguntado por su relación directa con Trump, el mandatario español lamentó que, desde su llegada al Gobierno en junio, sólo pudo hablar con el presidente estadounidense durante unos minutos en la última cumbre de la OTAN en Bruselas.
Según explicó, durante ese encuentro Trump le trasladó su preocupación por el hecho de que la mayor parte de los países de la OTAN aún no se encuentren en la senda de elevar el gasto en Defensa hasta el 2% del PIB para el año 2024, tal y como se acordó en la cumbre de Gales en el año 2014.
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Sánchez dijo ser "empático" hacia la preocupación de Trump, pero insistió en la posición española de que la aportación a la OTAN no se debe medir únicamente a través de la inversión, sino que se deben tener en cuenta factores como la aportación en materia de recursos humanos y capacidades militares a las operaciones que la alianza tiene actualmente en marcha.