Con esta directiva se completa el proceso iniciado el 11 de junio con la liberación de los certificados que afectaban a los prototipos de esta aeronave.
Defensa informa que se amplía la autorización para el resto de los aparatos, entre los que se incluyen todos los que están actualmente en producción.
Según Defensa, estas medidas son compatibles con el trabajo que actualmente está realizando la Comisión para la Investigación Técnica de Accidentes de Aeronaves Militares (CITAAM) para esclarecer definitivamente las causas del accidente.
El accidente se produjo el pasado 9 de mayo, durante un vuelo de prueba.
La investigación de Airbus señaló a un fallo en los motores como motivo del accidente, en el que murieron cuatro personas, todos empleados de Airbus España.
Los tres motores experimentaron "una congelación de la potencia" después del despegue y "no respondieron a los intentos de la tripulación", que quería controlar los niveles de forma habitual.
Sólo el cuarto motor respondió a las demandas de los pilotos, sin embargo, no fue suficiente, decía el informe.
La tripulación del A400M estaba formada por el piloto, el copiloto, un mecánico y tres ingenieros, todos empleados españoles de Airbus. Cuatro de ellos perdieron la vida, mientras que dos supervivientes resultaron heridos graves.
La investigación también revelaba que los restantes sistemas del avión "se comportaron con normalidad" y no han identificado ninguna otra anomalía.
El accidente puso en peligro el futuro de este programa militar.
El A400M es el avión militar de hélice más grande del mundo. Su producción industrial empezó en 2011.
El proyecto nació en 2003 tras el acuerdo alcanzado por siete países (Alemania, Francia, España, Reino Unido, Turquía, Bélgica y Luxemburgo) que se comprometieron a comprar 180 unidades con una inversión inicial de 20.000 millones de euros.