Los arrestados incitaban a la comisión de acciones terroristas en España siguiendo el mismo modus operandi de los atentados cometidos en otros países, y seleccionaban candidatos para enviar a Siria e Irak a través de los contactos proporcionados por sus enlaces con la organización terrorista matriz, afirma el comunicado.
La operación, que sigue abierta, se desarrolló fundamentalmente en las poblaciones catalanas de Barcelona y Girona, y también en Ciudad Real y Ávila, donde siguen los registros.
Según Interior, la operación está siendo supervisada y coordinada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional y el titular del Juzgado Central de Instrucción número 3, el magistrado Javier Gómez Bermúdez.
La operación se realizó con la colaboración de los servicios secretos marroquíes de la dirección general de Seguridad del Territorio de Marruecos.
Esta operación es la tercera que se realiza este año contra las células yihadistas en España.
Estas detenciones se producen solo horas después de que la Audiencia Nacional enviara a prisión incondicional a otros dos presuntos yihadistas detenidos el pasado martes en Ceuta, aunque al parecer las dos células no estarían relacionadas.
El juez envió a ambos a prisión por delitos de integración en organización terrorista y tenencia ilícita de armas dentro de unas diligencias que se mantienen bajo secreto, según fuentes jurídicas.
Según el Ministerio del Interior, los yihadistas de Ceuta formaban parte de una célula plenamente “preparada y dispuesta para atentar en el territorio nacional”.
Uno de los detenidos se encontraba en busca y captura desde mayo del año pasado por una condena de cinco años y medio impuesta por la Audiencia Provincial de Cádiz (Andalucía) por delitos de tenencia ilícita de armas y lesiones; la causa es secreta.
Los presuntos yihadistas tienen nacionalidad española y son de origen marroquí al igual que los arrestados el pasado 24 de enero cuando se detuvo a dos parejas de hermanos de la misma célula yihadista que los arrestados el pasado martes en una operación que se denominó Chacal.
Según Interior, las dos células desarticuladas anteriormente diferían de otras en que no responde a los “patrones habituales de redes de radicalización, reclutamiento y envío de activistas a lugares de conflicto”, sino que era un grupo “plenamente operativo e integrado por individuos ya radicalizados y concienciados en la posible ejecución de atentados” tanto en España como en otros países.
Los dos detenidos, al igual que los cuatro arrestados en enero, “actuaban siguiendo las directrices impartidas por el líder del EI “a través de una poderosa y agresiva campaña de comunicación y difusión mediática en las redes sociales y páginas yihadistas de Internet”.
Los detenidos poseían perfiles parecidos a los que atentaron contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo, “lo que evidencia su alto nivel de radicalización y potencial peligrosidad”, estaban “preparados tanto física como mentalmente para la yihad” y adoptaban complicadas medidas de seguridad en sus desplazamientos y comunicaciones.
También tenían acceso a comprar armas de fuego en el mercado negro y una “clara predisposición para su uso”.
