Según la famosa paradoja de Fermi, existe una aparente contradicción entre la probabilidad de que haya otras civilizaciones inteligentes y la ausencia de evidencia de dichas civilizaciones.
La destacada astrónoma estadounidense que fue retratada en la película 'Contacto', Jill Tarter, afirma que el problema es que la búsqueda de la vida extraterrestre todavía está en su etapa inicial.
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La científica explicó que hasta el momento la búsqueda de los alienígenas ha cubierto una fracción tan pequeña del universo observable que calificarla de fracaso sería como asegurar que en los océanos de la Tierra no hay peces después de haberlos buscado solo en muestras de agua marina recogidas con un vaso.
Tarter opina que a partir de ahora la inteligencia artificial y las redes de neutrones serán capaces de estudiar el espacio y detectar signos de actividad extraterrestre que los humanos no podían registrar anteriormente.
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Si dicho equipamiento halla ruidos de procedencia artificial que difieran de las ordinarias emisiones espaciales, los astrónomos reconocerán por fin la existencia de una especie de tecnología extraterrestre.
Tarter tiene una opinión diferente al respecto. Según ella, la humanidad lleva un siglo emitiendo ondas electromagnéticas al espacio, por lo tanto ya sería tarde para esconderse. Después de todo, la vida en la Tierra cambió la atmósfera terrestre de una forma notable hace 2.400 millones de años.
A este respecto, la investigadora agregó que si una civilización avanzada alcanzara un nivel suficiente para visitar la Tierra, habría superado la tendencia hacia la agresión y por lo tanto no representaría peligro para los humanos.
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