El banco central estadounidense decidió aprobar el nuevo plan de rescate después de que el Gobierno anunciase que unos 6,6 millones de estadounidenses habían perdido sus empleos. En las últimas tres semanas al menos 16 millones ciudadanos de EEUU se han quedado sin trabajo y han solicitado los seguros de desempleo.
El conjunto de medidas tomadas por el principal regulador financiero de EEUU va más allá del paquete de rescate que fue aprobado durante la crisis financiera del 2008, escribe el periódico The New York Times. Hasta la fecha la Reserva Federal aprobó programas de préstamos de emergencia por un valor de 500.000 millones de dólares.
"Estamos desplegando estas fuerzas de préstamo a un nivel sin precedentes. Lo hacemos en gran parte gracias al apoyo financiero brindado por el Congreso y el Tesoro", destacó el jefe de la Reserva Federal, Jerome H. Powell, al anunciar el nuevo plan de rescate el 9 de abril. Además, prometió que el banco central continuaría utilizando sus poderes "con fuerza, proactividad y agresividad hasta que esté seguro" de que la economía estadounidense se encamina sólidamente hacia la recuperación.
Hasta ahora los oficiales del ente evitaban comprar los bonos municipales y los corporativos de las empresas que tenían una calificación baja. No los adquirían por el riesgo crediticio y porque buscaban evitar elegir a los beneficiarios y a los que no podían acceder a sus programas. El objetivo del ente es asegurar que el daño causado por la pandemia sobre el mercado laboral no sea duradero. Con estos programas se busca hacer que el crédito fluya a las empresas y a los gobiernos, a los cuales les resulta difícil acceder a la financiación estatal.
Además, la Reserva Federal ofreció detalles sobre otro programa de préstamos que no se ha atrevido a realizar hasta ahora. Se trata del Main Street, según escribe el medio estadounidense. Este proyecto de ayuda podrá facilitar la vida de los mayores empleadores de EEUU que no tienen acceso a otras iniciativas gubernamentales. En particular, las empresas con 10.000 trabajadores e ingresos superiores a 2.500 millones de dólares serán capaces de obtener préstamos a un plazo de cuatro año a través de este programa. Los recursos los otorgarán los bancos, quienes retendrán la participación del 5% en estas compañías.