Los precios de futuros de WTI con suministros programados en enero crecieron un 1%, hasta situarse en 59,17 dólares por barril, mientras que los de futuros de Brent con suministros programados en marzo subieron 65 céntimos hasta alcanzar los 65,50 dólares por barril. A los agentes del mercado mundial de petróleo les preocupa que el suministro del crudo proveniente de esta región pueda reducirse a corto plazo y, como consecuencia, los precios continuarán creciendo todavía más.
Otro factor que puede influir en el futuro crecimiento de las cotizaciones bursátiles es el cese de la extracción en el yacimiento iraquí de Al Ahdab como consecuencia de las protestas masivas en el país. Del desarrollo de este yacimiento se encarga la corporación china CNPC, y su capacidad de producción casi asciende hasta los 70.000 barriles diarios. Otro yacimiento petrolero iraquí que corre el riesgo de ser cerrado es el de Badra. Su capacidad asciende a 50.000 barriles diarios y es desarrollado por la empresa rusa Gazprom.
La calidad del oro negro importado de estos países es muy alta y es cómodo transportarlo a la UE. Actualmente el suministro de crudo libio satisface el 10% de la demanda de petróleo en los países europeos, estimó el experto independiente Leonid Jazánov en una entrevista con Sputnik.
"Las severas interrupciones en las importaciones de Libia posiblemente provocarán automáticamente un déficit de gasolina en las estaciones de servicio", explicó.
Rusia es el único país que puede llenar rápidamente el vacío en el mercado europeo en caso de que los demás países reduzcan sus exportaciones considerablemente, concluyó el experto.
La subida de los precios del petróleo ha sido la reacción lógica a las noticias provenientes de Libia, y refleja la naturaleza titubeante del mercado petrolero mundial, considera el analista Michael McCarthy, de la empresa CMC Markets, citado por la cadena Al Jazeera.
El vicepresidente de la empresa QBF Vladímir Máslenninkov realizó el mismo pronóstico sobre la dinámica de las cotizaciones petroleras.
"Si las exportaciones de Libia siguen paralizadas y se cierran otros yacimientos en Irak a raíz de las protestas, es posible que los agentes del mercado empiecen a descontar la reducción de la oferta estimada en dos o tres millones de barriles. El desenlace de este escenario amenazará con provocar un considerable aumento de precios", concluyó.
No obstante, hay expertos que observan el problema con mayor optimismo. La ejecutiva del grupo de compañías SRG Ekaterina Grigórieva opina que el crudo continuará vendiéndose a un precio que oscilará entre los 60 y 64 dólares por barril.
"A finales de 2020 las cotizaciones continuarán situándose al nivel actual. El precio anual medio oscilará entre los 59 y 61 dólares por barril", concluyó.