"Nos enfrentamos a una bomba de deuda corporativa que es mucho, mucho mayor que la que enfrentamos en 2008", advierte el autor en su artículo para TheMostImportantNews.com.
Según el analista, las tasas de interés excesivamente bajas de la última década permitieron a las corporaciones estadounidenses acumular la mayor deuda corporativa de la historia.
Mientras tanto, la deuda total de las empresas es en realidad mucho mayor, si se tiene en cuenta la deuda de las pequeñas y medianas empresas, las empresas familiares y otras que no cotizan en bolsa. Según Snyder, hay que añadir otros 5,5 billones de dólares.
"Todo el mundo puede ver que se avecina un gran desastre de deuda corporativa, pero nadie parece saber cómo detenerlo", señala.
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— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 25 октября 2019 г.
En las últimas semanas, la Reserva Federal, el Fondo Monetario Internacional y los principales inversores institucionales, como BlackRock y American Funds, han dado la voz de alarma sobre los crecientes bonos de las empresas.
"Nunca hemos sido testigos de una crisis de deuda corporativa de esta magnitud", comenta el analista.
La deuda de las empresas "ha aumentado un enorme 52% desde 2008, y esta burbuja crece continuamente".
Sin embargo, EEUU no es el único país que "se está ahogando". Según Bloomberg, "una década de dinero fácil ha dejado al mundo con un récord de 250 billones de dólares de deuda gubernamental, corporativa y familiar", lo que "equivale a unos 32.500 dólares por cada hombre, mujer y niño en la Tierra", señala el medio.
"Toda esta deuda nunca será saldada. En lugar de eso, la burbuja seguirá flotando hasta estallar inevitablemente", comenta Snyder.
Y cuando finalmente estalle, es probable que se haga realidad el guion apocalíptico de Mad Max, opina el inversionista y experto de mercado Rick Ackerman.
"Considero inevitable un desarrollo de situación como en Mad Max. (...) Ya nos hemos metido en una situación en la que la seguridad social va a fracasar. (…) La comida de los supermercados, el envío de un día de Amazon… No veo cómo todas estas cosas pueden seguir funcionando en una condición que no sea la falsa prosperidad que tenemos ahora", cita el autor a Ackerman.
Dada la inevitabilidad de un colapso, el autor del artículo llama a aprovechar el presente.
"La verdad es que nos dirigimos hacia un desastre total y completo, y el único debate real es sobre cuánto tiempo tardaremos en llegar allí. Así que disfruta de estos momentos de relativa estabilidad mientras puedas, porque es solo cuestión de tiempo antes de que vayamos al precipicio", concluye Michael Snyder.