Claro está que la sustitución de importaciones de productos agrícolas no estuvo exenta de desafíos. La depreciación del rublo incrementó los precios de la maquinaria y la tecnología importadas que se utilizan en la producción de alimentos. Como resultado, estos factores empujaron al alza la modernización y los costos de ampliación, destaca la profesora en su artículo para The National Interest.
"Sin embargo, el impacto de todos estos factores ha disminuido desde el 2016. Los consumidores rusos se acostumbraron rápidamente a las nuevas líneas de productos en los escaparates. Los compradores percibieron que la calidad de las alternativas domésticas estaba mejorando", recalca.
Según la periodista, la industria del queso experimentó las mayores dificultades. El parmesano representó un desafío particular dado que para producirlo era necesario un gran volumen de leche y acceso a créditos para mantener la tecnología a medida que este tipo de queso envejecía.
También: El primer ministro de Rusia promete fuerte economía pese a óbices externos
"Rusia produce tan solo un 60% de la leche cruda necesaria para satisfacer la demanda de este queso y otros productos lácteos. Algunos productores domésticos lo sustituyen con leche seca importada, proteínas lácteas y otras alternativas", explica.
En su artículo Judy Twigg enfatiza que todos estos desafíos y contrasanciones han creado un abanico de oportunidades para la producción nacional de queso.
"Por ejemplo, el Gobierno regional de Moscú compensa actualmente la mitad del costo necesario para modernizar las granjas lecheras de propiedad familiar y hasta un 20% del costo de las instalaciones utilizadas en la producción de queso", agrega.
La profesora recuerda cómo en el festival de queso —que se celebra en las afueras de Moscú cada verano desde el 2016- los fabricantes rusos han exhibido una vaca lechera apodada Sanciones y un proveedor que vendía camisetas en las que se podía leer "Gracias por las sanciones".
En julio del 2018 el presidente Vladímir Putin anunció que Rusia mantendría sus contrasanciones al menos hasta diciembre del 2019.
"Esto no ha sido una sorpresa. ¿Por qué tendría que retractarse cuando sus fabricantes, que anteriormente se habían encontrado en apuros, prosperaron en las nuevas condiciones? Las sanciones crearon una oportunidad para restablecer la industria alimenticia de Rusia y Putin la utilizó. En este juego [de sanciones] Rusia está varios pasos por delante", concluye.
Más: Las sanciones contra Rusia echan a perder 500 hectáreas de fruta española