En este comportamiento influyen los precios de los carburantes que aumentan pero en menor medida que el año pasado.
La tasa, la más baja del año, supone una pérdida de poder adquisitivo para los funcionarios y los pensionistas.
Estos últimos pierden casi un punto de poder de compra, dado que la subida de las pensiones fue este año del 0,25%.
Los funcionarios, por su parte, también pierden, dado que sus sueldos subieron un 1%.
Si en vez de tomar el dato de cierre del año, que es el que se usa habitualmente, se toma la media anual, cercana al 2%, la pérdida de poder de compra es mayor.
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Pese a que la tasa de inflación cierra el año en niveles muy inferiores a los que mostraba cuando comenzó, los trabajadores pierden poder adquisitivo.