No descartó que Rusia pueda crear su propio sistema de calificación.
Urgió a averiguar en qué medida las estimaciones de las calificadoras Fitch, Standart&Poor"s y Moody's coinciden con la situación en Rusia.
A principios de año la agencia calificadora Fitch rebajó el rating soberano de Rusia hasta "BBB-".
Una semana después, la agencia Moody's rebajó el rating de los bonos estatales rusos hasta "Baa3", incluyéndolos en la lista para una revisión hacia la reducción.
De este modo, Fitch y Moody's redujeron los ratings de Rusia al escalón más bajo de la categoría de inversiones.
Un mes después la agencia Moody's bajó el rating soberano crediticio de Rusia en un escalón, del nivel "Baa3" al especulativo "Ba1", con pronóstico negativo.
Entre las razones fundamentales para la caída del rating la agencia señala las consecuencias de la crisis de Ucrania, la caída de los precios de los hidrocarburos y la caída del cambio nominal del rublo.
Rusia considera que estas decisiones de las agencias calificadoras están políticamente motivadas y son carentes de fundamentos económicos objetivos.