En su opinión Hungría "no podrá votar en contra de las sanciones (en Bruselas) ya que no quiere ser el país que quiebre la solidaridad europea" pero puede "de manera argumentada apoyar a los países que consideran que la situación se encuentra en un atascadero".
"El futuro de las sanciones depende de la situación en el este de Ucrania, pero se podrá comprender si ha habido cambios solo a finales de año", afirmó.
"Sin embargo, es necesario que Moscú comprenda que Grecia y Chipre junto con otros países como Hungría o Eslovaquia hacen frente a los intentos de ampliar las sanciones que emprenden Polonia y los Estados bálticos", recalcó.
El politólogo griego Nikolaos Stelya subrayó en cuanto al tema de las sanciones que Grecia "está entre la espada y la pared".
"Grecia y Chipre siempre han desarrollado relaciones especiales y amistosas con Rusia", además es "miembro de la UE y por ello el nuevo Gobierno afronta numerosas dificultades en esta ambigua situación", explicó.
No obstante, recalcó que no solo el primer ministro griego, Alexis Tsipras, es favorable a la abolición de las sanciones y también "la mayor parte de la población griega le apoya ya que considera que contra Rusia comenzó una guerra fría".
La periodista italiana Orietta Moscatelli realzó que Italia se opone a ampliar las sanciones contra Rusia.
"Roma está en el segundo lugar, después de Alemania, en cuanto a los volúmenes del comercio con Rusia", recordó al indicar que los beneficios de Italia en 2013 se situaron en 30.000 millones de euros mientras que en 2014 el país perdió 1.300 millones de euros.
Agregó que además del comercio sufren otros ámbitos como la energía y la banca lo que "da suficientes razones a los emprendedores para estar en contra de las sanciones".
Moscatelli también mencionó la amenaza terrorista "cada vez más cercana y real para Europa".
"Entre los dirigentes italianos crece la convicción de que Rusia podría prestar la ayuda necesaria para resolver las crisis en Libia, Siria y otras regiones problemáticas", aseguró al añadir que "Italia espera que sea posible levantar las sanciones en julio para reiniciar las relaciones con Moscú".
"Las sanciones no pueden contribuir a tomar decisiones políticas que deben buscarse mediante el diálogo", insistió.
También mencionó que las sanciones así como el veto agroalimentario ruso afectaron considerablemente el mercado de alimentos de Austria.
Las relaciones de Rusia y Occidente empeoraron a raíz de la crisis en Ucrania y, en particular, tras la adhesión de Crimea a Rusia en marzo pasado, que las capitales occidentales califican de "anexión ilegal".
EEUU y la UE aprobaron varios paquetes de sanciones contra Moscú que afectan tanto a particulares como a empresas y sectores enteros de la economía rusa.
En respuesta, Rusia embargó por un año algunas importaciones alimenticias de EEUU, la UE, Australia, Canadá y Noruega.