La empleada, de 55 años, murió después de ser atacada por una tigresa siberiana llamada Irina.
El centro de emergencias del zoo fue avisado de que una de las cuidadoras de los tigres había sido atacada, y acto seguido un grupo de empleados fue inmediatamente al sitio del incidente. Lograron que la tigresa se alejara de la cuidadora, saliera de la instalación y entrara en su establo, pero ya era demasiado tarde.
Ni los empleados del zoológico ni la Policía de Zúrich saben por qué la cuidadora de animales estaba en la instalación al mismo tiempo que el tigre.
El tigre siberiano es la especie más grande de gatos salvajes. Las hembras pesan hasta 185 kilogramos. Son una especie en peligro de extinción, y su población total es de apenas unos centenares. La caza furtiva es una de las principales amenazas para su sobrevivencia.
Irina nació en 2015 en un zoológico de la ciudad danesa de Odense y se trasladó a Zúrich hace un año.
