Según el reporte publicado por el Departamento de Estado, EEUU sospecha que Rusia llevó a cabo una serie de experimentos relacionados con armas nucleares. No obstante, por ahora desde el país norteamericano no se aventuran a afirmar que se trata de ensayos nucleares. Además, los diplomáticos estadounidenses destacaron que Moscú tenía que haber informado a Washington de estos ensayos, tal y como lo prevé el Tratado de Limitación de Ensayos Nucleares.
Iván Konoválov en una conversación con Sputnik recordó que fue EEUU quien paralizó cualquier tipo de cooperación realizada por los dos países en casi todas las esferas a pesar de que Rusia proponía conservar la que se estaba implementando en el ámbito nuclear. La revisión del arsenal nuclear por parte de EEUU, anunciada por el presidente estadounidense, Donald Trump, señaló que Washington está dispuesto a volver a tomar en sus manos su "martillo nuclear", según el experto en materia militar.
"En esta situación todo es evidente, los estadounidenses buscan deshacerse del START III y para eso utilizan el mismo esquema que aplicaron para salirse del Tratado INF. Ellos quedaron mal cuando se retiraron del Tratado sobre Misiles Antibalísticos y no vieron necesario explicar esta decisión a nadie", recordó el experto.
En aquel entonces, en 2002, la Administración Bush abandonó unilateralmente el tratado sobre el despliegue de defensas antimisiles a pesar de que desde el Kremlin advirtieron que para mantener la paridad se vería obligado a desarrollar nuevos tipos de misiles, tal y como sucedió posteriormente. En el caso del Tratado INF, esta vez la Administración Trump primero culpó a Rusia de no cumplirlo, para luego abandonarlo.
El START III suscrito en 2010 limita los arsenales de Rusia y EEUU a un máximo de 700 misiles desplegados, 1.550 ojivas nucleares y 800 vehículos correspondientes, en servicio y en reserva. El tratado vence el 5 de febrero de 2021, pero hasta el momento Washington no ha anunciado su intención de prorrogarlo. Por ahora, es el único acuerdo que regula las actividades de las dos grandes potencias en el ámbito nuclear después de que EEUU se retirase formalmente del Tratado INF en agosto del 2019.
En respuesta a esta retirada Rusia también suspendió sus compromisos adoptados como parte del Tratado INF, pero dejó claro que no deseaba implicarse en una nueva carrera armamentista. Además, mantenía sus propuestas de desarme y esperaba a que EEUU estuviese dispuesto a entablar conversaciones al respecto.