No obstante, el sueño de Stalin tuvo sus repercusiones en el desarrollo militar de EEUU y sus aliados occidentales, explica el columnista del medio estadounidense The National Interest, Kyle Mizokami.
De acuerdo con el columnista, después de la guerra, la URSS tenía un Ejército incluso más potente que el de EEUU y sus aliados combinados.
Pese a esto, los planes de Stalin estaban destinados al fracaso puesto que la URSS, devastada por la Segunda Guerra Mundial, no tenía los recursos necesarios para construir tantos buques de esta clase, afirma el columnista.
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La construcción de los buques comenzó a un ritmo lento, pero cuando murió el líder de la Unión Soviética los planes fueron cancelados. A pesar de ello, algunos medios occidentales empezaron a difundir el rumor sobre la construcción de siete 'superacorazados' en Siberia.
Según explica Mizokami, estos rumores eran muy beneficiosos para la URSS, puesto que hacían creer a los miembros de la OTAN que una superflota de acorazados estaba a punto de nacer y tendrían que pensar cómo contrarrestarla.
De tal modo, los recursos usados para las tropas terrestres en Europa Occidental serían redistribuidos para luchar contra una amenaza fantasma. Mientras tanto, la URSS pudo centrarse en sus propias tropas terrestres que eran más prioritarias para el país euroasiático que una Armada.
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