Irán ve la presencia de portaviones estadounidenses en el golfo Pérsico como una posible amenaza a su seguridad nacional, así que tratará de contrarrestar las acciones de EEUU, al posicionar embarcaciones cerca de las aguas del país norteamericano.
De acuerdo con Hassani, la operación iraní en el Atlántico podría extenderse por unos cinco meses. Entre los buques enviados, estaría el Sahand, un nuevo destructor de la Armada del país. El Sahand tiene una cubierta de vuelo para helicópteros y, según Irán, está equipado con armas antiaéreas y antibuques, misiles tierra-tierra y tierra-aire. La embarcación tendría además capacidades para la guerra electrónica.
Irán advirtió que si no puede vender su petróleo debido a las presiones estadounidenses, tampoco se le permitirá a ningún otro país regional hacerlo, amenazando con bloquear el estrecho de Ormuz en el golfo. Una tercera parte del crudo transportado por mar del mundo pasa por este estrecho.