El Boeing 737-800 de la compañía bielorrusa Belavia partió desde el aeropuerto internacional de Kiev con 136 pasajeros y seis miembros de la tripulación. A 50 kilómetros de la frontera con Bielorrusia el avión recibió la orden de regresar sin que fueran explicados los motivos y bajo la amenaza de verse escoltada por cazas ucranianos en caso de no cumplir la petición.
El avión bielorruso acató la orden de Ucrania y tras aterrizar de vuelta en el aeropuerto de Kiev, uno de los pasajeros del avión —un ciudadano armenio— fue retirado de la aeronave por miembros de los órganos de seguridad ucranianos. Después del incidente, el avión bielorruso completó su recorrido inicial. El retenido fue liberado horas después del suceso y pudo continuar su viaje a Minsk.
Ucrania, por su parte, explicó que obligaron al avión a regresar a petición de los Servicios de Seguridad de Ucrania (SBU), pero los detalles de la operación aún se desconocen.